EL CAOS MÁS DIVERTIDO DE LA HISTORIA ;)



No me percaté de que estaba al otro lado del calcetín hasta que una fuerte sacudida me devolvió a la realidad, me costó un rato ubicarme en aquel espacio que ahora lucía tan confuso y abrumador tras el caos del que me había librado.


El sitio me parecía familiar, miré desde el borde de la cama las paredes cubiertas por dibujos a lápiz; una caja que me servía solamente como procesador de palabras y que no encuentro la explicación por la que la adoro tanto; libros… libros… malditos libros que me dejaron cicatrices; un gran 0 burlándose de mí desde una prueba de química; ahí estaba aquella muñeca de porcelana robé de la habitación de al lado y la montaña de ropa por la que siempre me quitan permisos; una torre de historias sin terminar y el armario que me invitaba a perderme en su profunda oscuridad.


Pasé mis dedos sobre todo lo que se atravesaba, no podía creer que pudiese tener en mis manos un “esferu” o “esferi” o “esfere” como sea que se llame esa cosa, si… si… esa alargada que nos sirve para escribir. No me convencía aún de que tenía bajo mi pode aquel artefacto que desapareció primero junto a todos los demás. Dejé que mi mirada paseara traviesa sobre la mesa, la dejé ascender lentamente por una extremidad que si bien recuerdo de llamaba “brazo”, después un “hombro” , pasó por el cuello que estaba adornado por un “cordón” o una “zoga” o “piola” o tal vez una “orca”, ¡Da igual! Todas esas van alrededor del cuello… mis ojos viajaban lentos, visitaron unos labios que lucían secos y descoloridos y siguieron hasta encontrarse con una mirada que clamaba por una explicación. Temí y en seguida aparté mis pupilas de ese par de fosas negras, a pesar de haber recordado mi nombre no lo quiero mencionar porque en la solapa habíamos olvidado la E y la R, y tal vez si no lo pronuncie correctamente entonces no vuelva a ser la de antes.


Ahí lo tienen, debería admitir que mientras daba un paseo por las páginas de ese libro quedé convicta de sus ideas; les falta un tornillo a todos quienes lo han leído, porque del mismo modo en que se perdían las letras, también perdíamos la cordura. Atrévanse todos a hacer un viaje como nunca antes y a cambiar su modo de ver el mundo; para los locos y valientes, más aún para los locos: EL ORDEN ALFABÉTICO de Juan José Millás.


Erika Rosado.

0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué es NienPintura?


Un grupo literario, casi nuevo, del Ecuador.