José Saramago


Hoy tuve que escoger una bonita foto tuya y animarme a escribir esto sobre ti. Fuiste sensible, humano y compasivo. A veces me preguntaba sobre tus batallas; porque fuiste un luchador acérrimo contra ese patético monstruo que es el cristianismo contemporáneo de occidente, porque para llegar al nivel de reflexiones sobre la condición humana de tus novelas, debías estarla confrontado constantemente y pocas cosas me parecen tan duras. Porque debías haber estado reflexionando y pensando, observando todo el tiempo, llevando esta lucha interior contra ese gran monstruo desde uno de los campos en los que es más difícil sacar adelante las cosa; el intelectual. En 2006 escribiste sobre tu infancia en casa de tus abuelos, porque eras sabio como pocos y sabías que era hora de recoger tus pasos. Luchaste contra el Dios malo, el dios vil, el de los cristianos hasta el final de tus días. En una de las novelas que más me ha impactado en la vida, mostraste un Jesús hombre y humano, víctima propiciatoria de ese "Dios". En una verdadera obra maestra, mostraste a la sociedad de inicios de siglo lo injustos y deshumanos que somos en una paradoja tan verosímil que obliga a abrir los ojos a cualquiera, en una ficción que inevitablemente nos devuelve un poco lo humano. Fiuste íntegro a ti mismo hasta el último como los verdaderamente grandes y con tu estilo único y tu pensamiento dejaste al mundo un legado impalpable pero inmenso. En donde quiera que estés: paz. Que sea tu muerte como fue tu vida: sabia.
Kenny Oñate

1 comentarios:

mayiya!!! 14 de agosto de 2010, 15:53  

no he visitado el blog hace largo tiempo, pero tener que leer duarante un buen tiempo va ser sanador para mi. ¡que buen texto Kenny! solo la sabiduria con que escribio este hombre podra abrir los ojos a tantos ciegos que no quieren ver!!!

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