Es una gran alegría para nosotros, como colectivo literario colaborar en la difusión del próximo lanzamiento de la Colección 2010 del Proyecto Editorial Drugos de la Naranja, liderado por integrantes del colectivo LA.KBZUHELA
En este marco les iremos mostrando las presentaciones e introducciones de los libros que forman parte de esta colección.
KAMASTRO DE MATUTA
(Poesía)
Freddy Ayala Plazarte
PRESENTACIÓN
El viaje hacia la inmortalidad
Alexis Cuzme
El viaje hacia la inmortalidad
Alexis Cuzme
Ese Nadie, al que muchos conocemos como Ulises, habita en cada página de este Kamastro de Matuta. Es parte inseparable porque su vida o la vida de la voz poética navega por un mar embravecido, capaz de azorar a cuanto marino descuidado niegue la potencialidad amorfa de la tormenta de versos. Y no es solo la analogía con Ulises lo que vuelve interesante este poemario (cuya comparación no salta a la vista, pero está ahí), sino los símbolos marinos acudiendo insistentemente en cada poema.
Así el mar, arena, sal, isla, puertos, escamas, espuma, medusas, cardumen, anémona, son referentes precisos de lo que encierra este coral poético.
“El océano dibuja un ataúd”, nos dice el poeta, convertido en Nadie, acercándonos a su concepción vista desde el mar, desde lo líquido, donde la pureza y los seres desconocidos -más allá de los sometidos y depredados- aguardan su momento de furia contra el hombre. Alistándose para recrear: “la funesta trampa del mar”.
Kamastro de Matuta es una obra mística, sin pretensiones exageradas de poesía intelectual (sí, el lenguaje puede mostrarnos otra cosa). Sus elementos y metáforas han logrado que sea un libro para elegidos por la paciencia, o sea para todos aquellos que no esperan leer y entender -sobre todo- poesía al instante, si no que comprometidos con la labor desentrañable de las palabras.
Estamos ante la propuesta de Ayala Plazarte, un poeta cuya obra posee un registro personalizado, que abarca el presente no explícitamente como se quisiese encontrar sino todo lo contrario, acudiendo a lo implícito, desarrollando toda una propuesta hermética donde las fisuras no puedan corromper las galerías de esta nave.
Al igual que Ulises, en su travesía por llegar a Ítaca, va encontrando y enfrentando adversidades físicas y abstractas, así el lector deberá hacerle frente a monstruos metafóricos acechando en cada poema. No es una poesía ligera buscando la masificación (como la actual poesía contemporánea ha demostrado en sus distintos representantes en Ecuador), puesto que Ayala Plazarte lo que busca es convertirse junto a su obra (como Ulises: personaje, metáfora, hombre, Nadie).
Es evidente que Ayala Plazarte, en este su Kamastro de Matuta, su barcaza alejada del Aqueronte, de Creta, de la isla de Polifemo, ha fijado su rumbo hacia la tierra prometida donde la creación poética es un todo o nada, donde las resignaciones a lo mediocre no son opciones de ultimátum. Así nos lo asegura la voz que recorre este poemario, que no flaquea en ningún momento y se refuerza en la subjetividad de cada verso.
Así el mar, arena, sal, isla, puertos, escamas, espuma, medusas, cardumen, anémona, son referentes precisos de lo que encierra este coral poético.
“El océano dibuja un ataúd”, nos dice el poeta, convertido en Nadie, acercándonos a su concepción vista desde el mar, desde lo líquido, donde la pureza y los seres desconocidos -más allá de los sometidos y depredados- aguardan su momento de furia contra el hombre. Alistándose para recrear: “la funesta trampa del mar”.
Kamastro de Matuta es una obra mística, sin pretensiones exageradas de poesía intelectual (sí, el lenguaje puede mostrarnos otra cosa). Sus elementos y metáforas han logrado que sea un libro para elegidos por la paciencia, o sea para todos aquellos que no esperan leer y entender -sobre todo- poesía al instante, si no que comprometidos con la labor desentrañable de las palabras.
Estamos ante la propuesta de Ayala Plazarte, un poeta cuya obra posee un registro personalizado, que abarca el presente no explícitamente como se quisiese encontrar sino todo lo contrario, acudiendo a lo implícito, desarrollando toda una propuesta hermética donde las fisuras no puedan corromper las galerías de esta nave.
Al igual que Ulises, en su travesía por llegar a Ítaca, va encontrando y enfrentando adversidades físicas y abstractas, así el lector deberá hacerle frente a monstruos metafóricos acechando en cada poema. No es una poesía ligera buscando la masificación (como la actual poesía contemporánea ha demostrado en sus distintos representantes en Ecuador), puesto que Ayala Plazarte lo que busca es convertirse junto a su obra (como Ulises: personaje, metáfora, hombre, Nadie).
Es evidente que Ayala Plazarte, en este su Kamastro de Matuta, su barcaza alejada del Aqueronte, de Creta, de la isla de Polifemo, ha fijado su rumbo hacia la tierra prometida donde la creación poética es un todo o nada, donde las resignaciones a lo mediocre no son opciones de ultimátum. Así nos lo asegura la voz que recorre este poemario, que no flaquea en ningún momento y se refuerza en la subjetividad de cada verso.
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