Por: Liseth Correa
El 7 de octubre del 2010 a las 6h45, el escritor peruano Mario Vargas Llosa recibió una llamada telefónica justo cuando se encontraba listo para dictar clases en la Universidad de Princeton, se trataba de una llamada en la que se le notificaba el galardón del Nobel de literatura, temía que el anuncio fuese una broma de mal gusto, pero no fue así. Con esa noticia despertó América Latina en medio de la polémica siempre envuelta en la entrega de los Nobel en diversas categorías. El escritor de “La ciudad y los perros” es el sexto suramericano gratificado por la Academia Sueca, cabe resaltar que anteriormente, Latinoamérica se vistió de orgullo con Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz y Gabriel García Márquez; todos innovadores en las letras universales, entonces ¿por qué la controversia?
La crítica literaria mundial ha considerado a Vargas Llosa, uno de los más importantes narradores vivos, son innumerables los reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera: Premio Rómulo Gallegos, Premio Cervantes, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Premio de la Paz de los Libreros de Alemania, por mencionar algunos. No obstante, el galardón ha levantado una serie de críticas, Cuba arremetió contra el escritor peruano, a quien calificó como sumiso ante los “dictados” de Estados Unidos y el diario Granma del partido comunista, publicó varias líneas en las que se decía que a pesar de sus aportes a la literatura universal, también debería ser nombrado “Antinobel de la ética” por los continuos “desplantes neoliberales, la negación de sus orígenes y la obsecuencia ante los dictados del imperio”. Las primeras palabras del autor de “Los cachorros” ante la prensa fueron “voy a seguir trabajando con un sentido de responsabilidad y defendiendo los principios de la democracia que son fundamentales para el Perú y el mundo. La libertad y la democracia deben ser defendidas”, tras recibir la grata noticia del premio.
En las redes sociales el 7 de octubre se abrieron discusiones en todo el mundo, en Twitter, Voice of America, tituló su artículo “Escritor peruano dice que su Nobel es un tributo a la literatura latinoamericana”. En México, Alfredo Guzmán pensó que era un insulto que Vargas Llosa haya ganado el premio, de igual manera Humberto García Neri comentó: “¿Celebrar a Vargas Llosa? Mejor celebren a los Incas y la belleza de su pueblo. Perú es hermoso”. Por otro lado el escritor mexicano Alberto Chimal dijo que se alegraba de que el autor de “Panteón y las visitadoras” haya sido galardonado. Martha Colmenares, escritora y analista venezolana también mostró una reacción positiva y contó sobre su oportunidad de conocer a Vargas Llosa y afirmó quedar “deslumbrada por su personalidad”.
Con una actitud neutral, Mario Cordero, del blog Diario Paranoico de Guatemala, explica que algunos de los críticos de Vargas Llosa no están de acuerdo con sus ideas políticas y escribió: “Si Vargas Llosa es de derecha, políticamente hablando. Pero el Nobel no es un premio político (o, al menos no debería ser tomado como esto). Es un premio literario (…) entonces habría que resaltar que Vargas Llosa es un excelente escritor y su premio lo respalda con la calidad literaria”.
¿El premio nobel es ideológico? ¿El premio nobel es político? Argentina y los aficionados del escritor Jorge Luis Borges en todo el mundo siguen lamentando que Éste nunca recibió el galardón de la Academia Sueca. La Nación conserva en línea una publicación realizada en agosto de 1999, en la cual se afirma que una serie de factores políticos y personales fueron al parecer los causantes que marginaron a Borges de dicho premio. El escritor argentino realizó una visita al general Augusto Pinochet en el año 1976, al cual elogió en medio de la dictadura chilena. Un dato novedoso fue que Borges había formulado una crítica a la obra del poeta sueco Artur Lundkvist, escritor prolífico de izquierda, académico sueco conocedor de la literatura latinoamericana y justamente fue este personaje quien introdujo a Borges en su país; más tarde fue secretario permanente de la Academia Sueca, y según María Esther Vázquez, biógrafa de Borges, Lundkvist nunca le perdonó el comentario acerca de su obra. Para la presidenta de la Academia Argentina de Letras, Ofelia Kovacci, el autor de El Aleph, siempre fue “el candidato de la gente” y sobre la actitud de Lundkvist, a penas dice: “todos los premios dependen del jurado, por supuesto”. La Nación, ha intentado hablar con el secretario permanente de la Academia, Horace Engdahl, sin embargo, él guarda absoluta confidencia.
El último premio Nobel es un defensor de derecha y Borges también lo era, ¿entonces qué sucede? Pablo Neruda fue exiliado debido a su ideología comunista y sin embargo también obtuvo el galardón. El jurista y autor noruego Fredrik Heffermehl, escritor de “Nobels vilje” (La voluntad del Nobel), asegura que el Comité Nobel del Parlamento Noruego se aprovecha del prestigiado premio para fines políticos, de igual manera podría decirse de la Academia.
Es indudable que la ideología siempre esté de la mano del autor, cualquier escritor se halla inmerso en la subjetividad de sus ideales, es ineludible mantener una postura frente a hechos que tienen impacto en el mundo. Manuel Mora, periodista, publicó en Wordpress, un ensayo en el que afirmaba que los escritores más comprometidos socialmente, son los que han producido mejores obras., de allí sus elogios a Mario Vargas Llosa.
Más allá de la ideología, el talento es evidente en los seis escritores que han llevado en alto la literatura latinoamericana a nivel mundial. Y sin lugar a duda, siempre existirán Grandes de la Letra que sin llevar un galardón tan popular, enriquecen una de las más bellas expresiones del ser humano, la escritura. Para qué existe el pensamiento si no es para transmitirlo. El Premio Nobel parece haber entrado en un péndulo ideológico y político a partir de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, ¿quién puede desencantar su reconocimiento?
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